domingo, 26 de julio de 2015

Azpiazu: Un fotógrafo por Montefrío

   Salvador Ramón de Azpiazu Imber nació en Vitoria en 1867 y murió en Madrid en 1927. Hijo de Joaquín de Azpiazu, riojano que fue procurador y de María Imbert, también de Vitoria, e hija del escultor francés Carlos Imbert.

   Azpiazu fue funcionario del catastro en Madrid (Ministerio de Agricultura, Sección fotográfica), aunque dedicó parte de su tiempo libre al dibujo y la fotografía. Viajó por gran parte de la geografía española y en París, donde también residió, colaboró con la revista L’Univers Ilustré.Igualmente colaboró con las publicaciones Estrella de la Torratxa (Cataluña), La Ilustración Artística y La Esfera (estas en Madrid). Fue autor de La Bendita Tierra, con prólogo y breves comentarios de Serafín y Joaquín Álvarez Quintero. 

   En 1960, un sobrino suyo, Agustín Azpiazu, donó al Archivo Municipal de Vitoria Gasteiz (AMVG) un total de 999 negativos, en cristal con emulsiones de gelatino bromuro, realizados por su tío.

   Manuel Castro Baco, vecino e investigador de Marchena, nos proporcionó información del legado fotográfico de Azpiazu, publicado por el AMVG, anticipándonos la existencia de fotos de nuestro municipio en el citado fondo. Después de repasar minuciosamente las 999 imágenes han aparecido dos fotografías identificadas como “Procesión en plaza de Montefrío, Granada”, no obstante, entre las que no tienen identificación geográfica, analizando los paisajes, para el que tenemos en nuestra retina cada rincón de nuestra geografía, ha resultado muy satisfactorio comprobar como hay otras cinco fotografías que sin lugar a dudas también están realizadas aquí y otra que suscita dudas razonables aunque no hay elementos suficientes para poder asegurarlo.

   Abajo se insertan, previa comunicación al Archivo Municipal de Vitoria Gasteiz, las siete fotografías que indudablemente están tomadas en Montefrío, y que según dicho Archivo debieron ser tomadas sobre el año de 1900

NOTA: Esta información ha sido tomada de la página web del Archivo Municipal de Vitoria Gasteiz. Para ello, así como para la publicación de dichas fotografías en este “Blog” se cuenta con la preceptiva autorización del mismo, por lo que le quedamos muy agradecidos así como por su atenta y rápida contestación. 

  (http://www.vitoria-gasteiz.org/we001/was/we001Action.do?aplicacion=wb021&tabla=contenido&idioma=es&uid=u3afef3e1_1442489c334__7f28).













martes, 19 de mayo de 2015

“Ruiperez” o “Ruiz Pérez”


   El complejo que en muchas ocasiones tenemos los andaluces de hablar mal y el afán de los que por destacar de los demás utilizando supuestos cultismos pero sin el más mínimo rigor ni base que los acrediten ,  nos han llevado repetidamente (*) a caer en errores que acaban por hacernos creer que lo correcto es la versión erróneamente corregida y no la original y genuina. En este caso hasta tiene justificación puesto que cualquiera podría pensar que “Ruiperez” no es más que la evolución andaluza, en el mejor de los casos, o vulgar como dirían otros de “Ruiz Pérez”, máxime si tenemos en cuenta que así es como figura en prácticamente la totalidad de documentación oficial posterior a 1881 y más específicamente en los padrones de habitantes.

   No obstante, en este caso podemos asegurar sin lugar a dudas que lo correcto sería llamarlo Ruiperez, si nos ceñimos al nombre original.

   Para documentar el origen de este topónimo hay que remontarse hasta 1581 puesto que es en el libro de esa fecha,  “Procesos de revisión de tierras baldias”,  en donde  aparece en repetidas ocasiones. La primera vez (fol. 48v)  dice textualmente “del cortixo que poseya Ruiperez”, señalando como lindero “el camino que ba de montefrio a puerto lope”. A continuación (fol. 50r) aparece como propietario “Ruiperez de riuera jurado” (Ruiperez de Rivera Jurado) y poseriormente (fol. 50v) “El dicho executor mando a los dichos testigos que deslindassen El cortijo que dicen de Ruiperez que poseya el susodicho”. En otra ocasión (fol. 125v) se habla del “arroyo que baja de la fuente De Ruiperez”, y así hasta en seis ocasiones más. Con este nombre sigue apareciendo por más de trescientos años hasta que al lumbreras de turno se le ocurrió que para nombrarlo correctamente había que decir Ruiz Pérez. Afortunadamente la gente haciendo gala de esa genuina sabiduría popular, durante los siguientes 150 años han seguido diciendo “Ruiperez”, aunque se haya escrito Ruiz-Pérez por todos los sitios, incluida la pieza de cerámica colocada en la fachada de la Ermita en la que se venera a San Isidro Labrador y a su esposa Santa María de la Cabeza.


 Resulta curioso que en la actualidad Ruiperez existe como apellido bastante disperso por toda la geografía nacional, cuyo origen es la unión del nombre castellano Rui o Ruy y el apellido Pérez, pero en el caso que nos ocupa “Ruiperez” era el nombre de Ruiperez de Rivera Jurado, sin que haya constancia de que ese nombre propio siga utilizándose como tal. 

   A modo de resumen y conclusión sería interesante plantearse que ha llegado el momento de llamar a las cosas por su nombre especialmente cuando no hay nada que justifique su cambio aunque este se haya producido hace bastante tiempo y en este caso especialmente puesto que serviría para honrar la memoria del que dio nombre a un paraje tan emblemático para nuestro término municipal  y por qué no, a la sabiduría popular que a pesar del intento continuado de cambiarlo ha insistido en llamarlo adecuadamente. 


(*) – Algunos ejemplos de formas inadecuadas de utilización de topónimos:

Castillón en lugar de Castellón.

Los Aguleras en lugar de Los Aguileras

Peña de los Gitanos en lugar de Peñas de los Gitanos

Molino Junco en lugar de Molino Jinco

Corral del Mauro en lugar de Corral del Manco

La Panera en lugar de La Máquina (del Convento)
Milanos en lugar de Vilanos (Aunque en este caso serían correctas las dos acepciones con algunos matices). 

Publicado inicialmente: 19-05-2015

martes, 3 de febrero de 2015

ESQUINAS DE JESÚS

    La mayoría de los montefrieños, cuando escuchan “Esquinas de Jesús” inmediatamente se hacen a la idea de un lugar concreto, independientemente de que no todo el mudo sea capaz de identificar exactamente qué calle es la que lleva ese nombre.  Ese lugar es la confluencia de las calles Liñanes, Alhoril, Pedro Villanueva, Carmen y la propiamente denominada Esquinas de Jesús.

     Ya en 1752 aparece dicha calle como “Calle de Jesús” y en el padrón de habitantes de 1819 con  el nombre completo que conserva en la actualidad, pero curiosamente no fue hasta 1866 cuando se colocó en la esquina que hace esta calle con la del Carmen, en un nicho construido al efecto, la imagen de “NUESTRO PADRE JESUS CON LA CRUZ A CUESTAS”, que todos conocemos como “Cristo del Paño”. Este hecho queda reflejado en el escrito siguiente, dejando constancia de  otro detalle curioso de nuestra singular historia.

     También se inserta una fotografía nocturna de dicho lugar, en la que aparece el referido nicho cuando ya contaba con más de 100 años, puesto que fue tomada en 1967.



Publicado inicialmente: 03-02-2015