jueves, 28 de noviembre de 2013

DE COMO SE SEMBRABA TRADICIONALMENTE

   El siguiente relato se ha elaborado, en su sentido más amplio, como un informe etnográfico circunscrito a una tarea específica, desarrollada en nuestro ámbito rural -la siembra- antes de la mecanización de las tareas agrícolas, aunque se ha redactado a modo de narración novelada para incluir en el mismo el leguaje utilizado en ese entorno, y de este modo, hacerlo más completo aunando al mismo tiempo la forma de llevar a cabo dicha tarea dentro de su propio ambiente con el lenguaje, ya que está contado en palabras de la época, esperando obtener el reconocimiento de quienes lo entiendan perfectamente por sentirlo como propio y la comprensión de aquellos a los que les cueste más trabajo entenderlo, deseando que les sirva para profundizar un poquito en lo que son nuestras raíces y, al mismo tiempo, para que quede constancia de todo ello sin que se pierda definitivamente por haber caído en desuso.
   Quiero reseñar que, aunque no lo parezca, la mayoría de los términos utilizados, más allá de ser vulgarismos, están recogidos en el diccionario de la Real Academia Española de la lengua con las acepciones que se usan, aunque también se han utilizado los apócopes que acortan el final de las palabras (síncopa), tan propios de nuestra habla.
DÍA DE SEMENTERA
    Me paece estar viéndolo, con sus calzones raíos pero con las medias piezas recién echás, con las agovías, los peales y sus traíllas, su mascota, la pava en un lao de la boca y  las manos engarabitás por tanto trabajo acumulao, sujetando la lanchuela en una y la yesca sobre el pernal en la otra, dispuesto para encender la candela.
   Al alborear ya se había tirao del catre, cogío la zafa, llenao agua y en el poyo de la calle debajo del parral, labao la cara con unas cuantas garfás.  Después va a la jacina a por un buen leño de chaparro que da buenas ascuas,  a por alguna patilla, seguramente sacada algún día de mollizna pa no darlo por perdío, y algo de balda; también va al almiar a por paja de garbanzos que es la buena para echar la pava. Una vez encendía la lumbre, su parienta pone las estreves y la sartén, con el jopo cogío por el tentemozo hecho con tomiza y un perrillo con el gancho de la jáquima roto, y cuece la leche pa el café. La sobrante la echa en una olla pa migalla (migarla) y por la noche, después de la cena, tomarla fresca entre todos en una fuente de barro algo esportillá,  con los bordes bastante rozados por el cuchareteo de muchos días y lañá en cuatro o cinco puntos pa repararla de algún percance accidental. Después será en las llares donde ponga el puchero con la olla.
   Es época de sementera y durante la larga noche el pensaor, que está alojao, ha cumplio  con su labor y la yunta al alba ya está prepará pa dirigirse a la jaza, pero antes hay que rejuntar todos los bártulos; la espuerta pa revolver la verza y el guano, el cebero pa  pintar, (las semillas hay que pintarlas y no sembrarlas a manta amelgando el terreno), la capacha, la damajuana etc.
   Como si de un ritual se tratara, primero a un mulo y después al otro les va poniendo el albardón, el mandil, la enjalma o jalma (que de las dos maneras se le dice) con su atajjarre y rellena de farfolla, la sobrejalma, la cincha bien apretá , el ropón y la cubierta, hasta tenerlos bien aparejaos, para después, uno cargarlo con el arao en un lao y a contrapeso el rabero y el ubio, y con los rollos y demás aperos necesarios, y el otro con la verza y el guano que se va a necesitar durante la obrá de siembra.
   Con el cabestro al hombro y los mulos de reata se dirige por la verea en busca del tajo, mientras que el pintaor se tira por las trochas para acortar el camino.
   Una vez en la jaza que se va a sembrar, a’onde calcula que va a quedar el corte a final del día de siembra, busca una chaparra para dejar los aparejos, la capacha y el agua, para que estén a la sombra.
Ahora es cuando llega el momento de uncir la yunta;  coloca las almohadillas,  encima los rollos y a continuación el ubio. Abrocha las trabillas de cuero con sus (j)hebillas al rollo y a cada una de las costillas, engancha el ojal de la coyunda al saliente de la costilla por encima del ubio, sujeta el royo a esta con una lanzá y baja para unir las dos puntas del royo con varias vueltas. Por el otro lado repite la operación pero hacia arriba para volver a acabar atando la coyunda al saliente de la costilla opuesta. Mientras repite esta operación en la otra camella, rememora con el chavea como, cuando utilizaban bueyes para la ariega, se usaban los frontiles y el yugo para estos menesteres. A continuación une el arado al rabero, pasa este por el barzón y poniendo la lavija en el lavijero apropiado da por terminada la preparación para la faena no sin antes atar cada cabestro a la mancera correspondiente y poner la bistoba (bistola) en la oreja del arado que queda libre. Mientras ha realizado estas tareas como buen gañán, el pintaor, en una espuerta grande, ha preparado la mezcla de verza y guano de la que llenará el cebero cada vez que lo vacíe, golpe a golpe, en el surco que va abriendo el arado antes de que a la vuelta siguiente quede enterrado.
Se echan las virás y con ello comienza la jorná de siembra que se no dará por terminá mientras quede luz del día.

Glosario:
balda.- Leña formada por la parte final de las ramas de un árbol que incluso mantiene las hojas del mismo.
estreves.- trébedes. Triángulo o aro de hierro con tres pies que sirve para poner recipientes al fuego.
jacina.- hacina de leña. Conjunto de haces colocados apretada y ordenadamente unos sobre otros
jaza.- haza
jopo.- rabo
lanchuela.- eslabón. Hierro acerado del que saltan chispas al chocar con un pedernal.
mascota.- sombrero
patilla.-  raíz o parte del árbol que queda por debajo del nivel del suelo.
pava.-  1. Forma de hacer un fuego en chimenea para que dure muchas horas con poco consumo de madera y de esta forma poder contar con un foco de calor regulable, al lado del cual por lo general siempre había una vasija con agua caliente dispuesta para ser usada en cualquier momento. También se usaba para hacer comidas que tradicionalmente requerían mucho tiempo de cocción a fuego lento (olla, potajes...).
Se hace poniendo en la parte de atrás de la chimenea un tronco o leño de gran tamaño, delante de el un pequeño haz de leña organizado de forma que cuanto más fina quede mas alejada del leño y todo cubierto por paja, principalmente de garbanzos por ser la que peor arde al aplastarse, y que se prende por un pequeño orificio dejado en la parte delantera, donde se encuentra la leña más fina.
2. Colilla del cigarro de picadura de tabaco liado a mano, que una vez apagada se mantiene en los labios con la intención de volver a prenderla.
pernal.- pedernal
verza.- veza. planta leguminosa parecida al yero pero con la semilla mas oscura, casi negra.
virá.- franja del terreno que se ara al principio en los márgenes de una parcela para que al arar el resto de la misma se pueda dar la vuelta a la yunta sobre ella sin necesidad de pisar la parcela colindante 

Felipe Jiménez Comino

Enero de 2009

Publicado incicalmente: 28-11-2013